La dEshUMaNizaCión dEl aRTe

"Que la realidad es algo cambiante y no hay proceso lineal.
Que no hay verdades, ideas o valores absolutos e inmutables sino que cada etapa tiene su propia racionalidad"


"La Deshumanización del Arte", se trata de un ensayo publicado en 1925 en el que Ortega desmenuza los puntos clave del arte nuevo y su deshumanización, realizando, pues la labor de sonda de un diagnóstico profundo al analizar las características del arte nuevo de su tiempo. La filosofía de Ortega discute el racionalismo, el idealismo, el utopismo y el infinitismo de la cultura.

A principios del siglo XX se dio en toda Europa lo que podemos llamar un movimiento vanguardista, con corrientes renovadoras como el ultraísmo en España, nacida en España en el año 1918, por lo que casi es coetánea del grupo poético de autores de La Generación del 27.

Se examinan por un lado las conexiones de La deshumanización con otros escritos del propio Ortega, pero, al mismo tiempo, se muestra su íntima relación con la literatura de su tiempo, especialmente la generación del 27, y las primeras vanguardias. La importancia del arte y la estética en la filosofía de Ortega se presenta, además, de un modo claro en el estrecho lazo que los une con las teorías orteguianas de la técnica y de la vida en general.

A pesar del carácter fragmentario de los escritos de Ortega, que dificulta la aprehensión global de su pensamiento sobre la materia, el autor estima que la evolución de éste puede esquematizarse en torno a tres ejes conceptuales, entre cuyos polos discurre dicha evolución: uno que va de la " humanización " a la " deshumanización " del arte, otro de la " transcendecnia " a la " intranscendencia ", y un tercero que desplaza progresivamente el relevo desde el " contenido " hacia la " forma " artística. Se deja entrever que a su parecer Ortega se inclina, más que por los polos últimos, por una posición intermedia que lo lleva a establecer que el arte, como todo fenómeno vital humano, posee dos aspectos complementarios: uno biológico ( el deleite: relacionado con los polos primeros ), y otro espiritual ( la belleza: lo cercano más bien a sus opuestos ) advirtiendo que todo desequilibrio entre ellos trae aparejada una degeneración.

Francés Guyau, comenzó un intento de estudiar el arte desde el punto de vista sociológico.
Los efectos sociales del arte son, a primera vista, cosa tan extrínseca, tan remota de la esencia estética, que no se ve bien cómo, partiendo de ellos, se puede penetrar en la intimidad de los estilos.
Interesante es, pues, saber que cada época histórica sostiene una compacta solidaridad en todas sus manifestaciones: una inspiración idéntica, un mismo estilo biológico pulsa en las artes más diversas.
Especialmente, se muestra aquí también su sensibilidad ante los nuevos fenómenos que se producen: la técnica y el arte nuevo. Esta etapa está simbolizada por "La deshumanización del arte", obra que se convirtió en un auténtico acontecimiento cultural, en la medida en que formuló en ella las tendencias del arte abstracto, deshumanizado. Un concepto deportivo de la vida, la intrascendencia del arte y la subordinación de lo necesario a lo superfluo aparecen en los trabajos de esta época. Sin embargo, la vida y el pensamiento de Ortega van a seguir otros derroteros. El fin de la década es también el fin de muchos espejismos. La crisis económica, el "crak" de la Bolsa es el comienzo del fin. En Filosofía el vitalismo irá dando paso a un nuevo concepto de la existencia.

El arte nuevo es impopular por esencia; más aún , es antipopular. Curioso efecto sociológico: lo divide en dos porciones: una, mínima, formada por un reducido número de personas que le son favorables; otra, mayoritaria, innumerable, que le es hostil. La única percepción inequívoca es que se trata de un fenómeno sociológico dada su constatacón de impopularidad.
La disyunción se produce en un plano profundo; la mayoría, la masa, no lo entiende.
A mi juicio, lo característico del arte nuevo, "desde el punto de vista sociológico", es que divide al público en dos clases de hombres : los que lo entienden y los que no lo entienden.
Pone en duda que el arte pueda ser comprendido por todo el mundo puesto que para él hay dos tipos de personas: los que poseen un órgano de comprensión negado o vulgares y los que puedan captar la verdadera esencia del arte, es decir, el arte nuevo va dirigido a una minoría especialmente dotada, lo que provoca el descontento en la masa que al no comprenderlo no lo acepta (Por otra parte, el arte joven contribuye también a que los −mejores− se conozcan y reconozcan entre el gris de la muchedumbre y aprendan su misión, que consiste en ser pocos y tener que combatir contra los muchos).
No es, por lo tanto, para todo el mundo, como el romántico, sino que va dirigido a una minoría especialmente dotada. De ahí la irritación que despierta en la masa, ésta se siente ofendida en sus "derechos del hombre" por el arte nuevo, que es un arte de privilegio, de aristocracia instintiva.

¿ A qué llama, entonces, la mayoría goce estético? a la gente le gusta con lo que se siente identificado y levantan sus intereses personales. Así, el goce estético no es una actitud espiritual diversa en esencia de la que habitualmente adopta en el resto de su vida...y llamará arte al conjunto de medios, por los cuales les es proporcionado ese contacto con cosas humanas interesantes. Tan pronto como haya un exceso de elementos puramente estéticos el público queda despistado, una obra que no le invite a esta intervención le deja sin papel.
Esto, lo que la obra de arte nos refiere, es cosa muy diferente al verdadero goce estético. Más aún: esa ocupación con lo humano de la obra es, en principio, incompatible con la estricta fruición estética. La mayoría de la gente es incapaz de acomodar su atención a la obra de arte en sí; en vez de ello, pasa a través de ella sin fijarse y va a revolcarse apasionadamente en la realidad humana que en la obra está aludida.

Aunque es imposible un arte puro, no hay duda alguna de que hay una tendencia a la purificación del arte, que llevará a una eliminación progresiva de elementos demasiado humanos que dominaban en la producción naturalista y realista.
Entonces se llegará a un objeto sólo percibible por una sensibilidad artística, un arte para artistas, de casta.

El medio más claro de diferenciar los diferentes puntos de vista consiste en medir una de sus dimensiones, la distancia espiritual en que cada visión se halla del hecho común. Para que podamos ver algo, para que un hecho se convierta en objeto que contemplamos es menester separarlo de nosotros y que deje de formar parte viva de nuestro ser.
Se trata de una escala de distancias espirituales entre la realidad y nosotros; los grados de alejamiento, por el contrario, significan grados de liberación en que objetivamos el suceso real, convirtiéndolo en puro tema de contemplación.
Pese a que sí confio en ese modo de visión desapegada de la realidad, no estoy del todo de acuerdo con el ejemplo de alejamiento de visión del pintor, de actitud puramente contemplativa, que sólo atiende a lo exterior, a las luces y las sombras, a los valores cromáticos, pese al claro ejemplo que expone en el ensayo.

Las diferencias particulares del arte jóven son de mediocre interés para Gasset. Lo importante es que existe, al menos, una nueva sensibilidad estética. Una descarada nota común es la tendencia a deshumanizar el arte. El pintor trata de ir contra la realidad, al contrario que los de la época anterior, que trataba de realizar un "espejismo" reflejo de la realidad exterior, tratándo de reproducir lo más fidedignamente lo que sus ojos pueden percibir.

El artista se exige no copiar la realidad ni reproducir lo natural, aunque en sus obras debe haber algo de substantividad, debe conservar algo real (Un cuadro, una poesía donde no quedase resto alguno de las formas vividas serían inteligibles, es decir, no serían nada, como nada sería un discurso donde a cada palabra se le hubiese extirpado su significado habitual); lo que implica que éste debe poseer un don para poder evadirse de la realidad que le acecha constantemente. Los nuevos artistas rechazan el arte del siglo anterior e intentan crear arte nuevo al que podemos rechazar o intentar comprender. Su intención es ir en contra de la realidad y conciben el arte como una cosa sin trascendencia alguna; el placer estético que busca el artista nuevo deriva de su triunfo sobre lo humano.

El arte que representa la realidad tal y como es no invita a crear, al representar lo humano, lo habitual, que no nos saca de nuestro mundo, se mata la imaginación y el propio estilo del artista. Hay que buscar el camino real del arte que proporciona un placer inteligente deformando la realidad. Para el artista la vida es una cosa a y el arte otra y no deben confundirse (lEl poeta empieza donde el hombre acaba. El destino de éste es vivir su itinerario humano; la misión de aquél es inventar lo que no existel), por ello una obra no debe basarse en la representación de hechos vividos ni en el contagio de emociones puesto que esto es algo inconsciente y el arte debe ser sobre todo claridad y debe producir placer el simple hecho de contemplarlo y dejar volar la imaginación.

Con las cosas representadas en el cuadro nuevo es imposible la convivencia: al extirparles su aspecto de realidad vivida, el pintor ha cortado el puente que podía transportarnos a nuestro mundo habitual. No faltan en él sentimientos y pasiones, provocados por esos ultraobjetos,-ámbito literario, reducción ornamental, uso metáfora- sentimientos específicamente estéticos.
No es inhumano por no contener cosas humanas, sino en la medida en que deshumaniza activamente.
Baste aclarar que no es cosa fácil tratar de huir de la realidad; lograr construir algo que no sea copia de lo natural y que sin embargo, posea alguna substantividad, implica el don más sublime.

Al quitar del arte la representación de la realidad humana le vacía de toda intención pretenciosa puesto que se queda siendo simplemente ARTE. Despegándolo de cualquier preocupación humana no buscan estar en lo alto de la jerarquía de intereses de las personas, por lo que demuestran una lgran modestia contrapuesta al sentimiento de soberbia que percibe la masa, q no lo comprende y lo rechaza, demostrando su ignorancia.l
La obra de arte anterior el arte es reflejo de la vida, es la naturaleza vista a través del temperamento...y así se concibe mayoritariamente. En el arte nuevo se sostiene lo contrario.
Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables son las más sospechosas, puesto que constituyen nuestro límite.
La nueva inspiración vuelve a tocar el camino real al arte, al menos en un punto, "voluntad de estilo". Estilizar implica deformar lo real, desrealizar.

Considera bastante discreto el juicio del artista joven.

Mientras que en la obra romántica en vez de gozar el objeto artístico, el sujeto goza de sí mismo - la obra sólo la causa de su placer -, para el artista joven, considerando su juicio bastante discreto, el placer estético tiene que ser un placer inteligente, motivado. Por tanto, todo lo que pretenda ser espiritual y no mecánico habrá de poseer este caráter perspicaz, inteligente y motivado.
El arte nuevo nos remite a una inevitable cuestión; de dónde proviene ese asco, de lo humano, de la realidad, o bien por contra, respeto a la vida y sentimiento de gran repugnancia al verla confundida con el arte?

Vida es una cosa, poesía es otra; no las mezclemos.

Aclara también que el instrumento por excelencia de deshumanización del arte es la metáfora que invierte la realidad a través de un elemento estético que nos recuerda a ella, también es importante el cambio de perspectiva, dando relevancia a cosas que antes no la tenían.
A fin de cuentas el arte nuevo se basa en desprenderlo de cualquier realidad equívoca y quedarse simple y llanamente con la materia e intención artística.
Una de las raices en el origen de la metáfora se encuentra en el espíritu del tabú, usada para evitar realidades innombrales y a la vez ineludibles.
Es curioso inquirir si en la nueva inspiración artística, al hacerse la metáfora sustancia y no ornamento, cabe notar un predominio de la imagen denigrante, que rebaja y veja a la realidad.

Se puede deducir de la obra que lo que pretende Ortega es que el hombre cambie su actitud radical ante la vida, para dar paso a las nuevas experiencias, de este modo su forma de interpretar el arte cambiará al igual que su forma de pensar.
El artista de ahora nos invita que comtemplemos un arte que es una broma, que es, esencialemte, una burla de sí mismo. Porque en esto radica la comicidad de esta inspiración. El arte nuevo ridiculiza el arte, porque al hacer el ademán de aniquilarse a sí propio sigue siendo arte, y por una maravillosa dialéctica, su negación es su conservación y triunfo.
El rencor va al arte como reriedad; el rencor, al arte victorioso como farsa.

Se trata de una obra que resume la impresión que produce en el filósofo las ansias de cambios que tenían los artistas nuevos a pesar de que realmente no sacaran nada en claro, como afirma Ortega en un párrafo del libro:
Se dirá que el arte nuevo no ha producido hasta ahora nada que merezca la pena, y yo ando muy cerca de pensar lo mismo. De las obras jóvenes he procurado extraer su intención, que es lo jugoso, y me he despreocupado de su realización.

La idea principal que se repite constantemente durante toda la obra es el
rechazo por la realidad humana que empezaron a sentir los jóvenes artistas de su tiempo, sensación que a mi parecer no ha cesado hasta nuestros días.
El auge del individualismo produce que los artistas actuales ya no sigan corrientes artísticas definidas, lo que demuestra también el rechazo por la tradición que sigue latente en nuestra sociedad, al igual que los representantes del arte nuevo buscaban romper con las realidades humanas tradicionales anteriores a su época.

La novedad desde los primeros movimientos vanguardistas se ha basado en conseguir un arte original que no pudiera ser copia de nada del pasado, aunque es inevitable notar las influencias anteriores, puesto que siempre se crea algo nuevo tomando como base lo que intentamos cambiar y aprendemos de ello. Por tanto el rechazo hacia la tradición es algo que debe ser mínimo ya que, a mi parecer, gracias a ello podemos conseguir ideas que nos llenen más y un arte renovado, derivado de lo que hemos recibido hasta ahora.

El arte es constante renovación; el movimiento de cambio que empezó con esta generación no ha llegado a su fin todavía, nuestra sociedad está aún en ese camino hacia... no en una etapa concreta. Continúa la lucha entre lo que mueve los sentimientos humanos y lo que mueve la razón lo que nos lleva a diferenciarnos de las épocas anteriores y si nos fijamos bien toda sociedad se caracteriza por el intento de diferenciarse de la precedente.

Ortega convierte la ironía en palabra del arte nuevo. Ironía es ficción, simulacro, pero la ficción del arte cumple sus propias reglas: la intrascendencia de un juego donde lo real se contempla (y juzga) de otro modo. El nuevo trato con las cosas alude al arte, lo requiere, como su experiencia más propia: el lugar de la complacencia.
La aspiración al arte puro no es, pues, una sobervia, sino, por contra, gran modestia. Al vaciarse el arte del patetismo humanoqueda sin transcendencia alguna.

El presente artículo sigue el rastro de ese lugar, La deshumanización del arte: pensar el vínculo entre razón estética y sensibilidad histórica, arte y vida, vida y ficción; he ahí la cosa, y el simulacro.

Estos tiempos turbulentos generan arte turbulento, como bien lo dice Kandinsky en Lo Espiritual del Arte "Cualquier creación artística es hija de su tiempo y, la mayoría de las veces, madre de nuestros propios sentimientos. Igualmente, cada periodo cultural produce un arte que le es propio y que no puede repetirse." ¿porqué será que actualmente se ve decadencia en el arte moderno? insisto ¿Será que la cultura de nuestro planeta se encuentra sepultada dentro de una montaña de consumismo y mínimo esfuerzo que nos arrastra a la decadencia cultural, espiritual y social? al parecer, en mi caso particular reitero mis perspectivas al ver a ciertos "artistas" utilizando sangre humana en lienzos, cadáveres humanos expuestos cual si fueran maniquíes y ciertamente considero un deterioro moral, cultural y espiritual de la sociedad en que vivimos, por eso considero que lo de la deshumanización del arte, a pesar que Ortega y Gasset lo haya escrito en la década de los 1920's es palpable hoy día, que opinan ustedes compañeros...

"La vida se escapa a la ciencia como el agua por una cesta"

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