HiStoRia de SeiS IdeAs---------------------------------Tatarkievicz
Wladyslaw Tatarkiewicz (1886-1980) es uno de los filósofos más importantes de
“Historia de seis ideas” es un resumen de la historia de la estética desde el punto de vista de sus problemas, conceptos y teorías (desde la antigüedad hasta finales del pasado siglo). Un resumen ciertamente prolijo en referencias, citas y fuentes y escrito de forma ordenada, sistemática y sin ninguna concesión a la ligereza. Hasta el punto de resultar una lectura incluso monótona cuando el lector no es un estudioso de la materia ni un enamorado de la estética. Se trata, en realidad, de un buen manual de consulta (que incluye, en consecuencia, una bibliografía magnífica y unos índices de conceptos y nombres de gran utilidad).
La estética de Tatarkiewicz es de tipo histórico-filosófico, analítico y no normativo, liberal, pluralista, antiformalista, y rechaza soluciones extremas. La mejor denominación que podría aplicársele sería la de "la estética del término medio". Sus méritos principales son una excelente semántica y un análisis de los problemas, profundas interpretaciones, revisiones históricas, clasificaciones precisas de las posturas y conceptos que han sido discutidos.
La moderación -una característica típica de la estética-, el cuidado en expresar opiniones y juicios precisos, y formular su propia concepción son quizás el resultado de la enorme erudición del autor. Los elementos del conocimiento indican la conciencia de una extraordinaria complejidad de problemas que son núcleo de la estética, y la conciencia de la futilidad de todas las concepciones extremas y monitas hasta ahora existente, que, aunque unilaterales, contienen, sin embargo, un germen de verdad.
La posición amable y realista del autor para aceptar diversos significados y no uno sólo a cada idea prevalece durante toda la obra. La complejidad del ámbito estético queda desvelada cuando se conocen las distintas acepciones que componen a los conceptos, y por ello renuncia a formular una teoría general, al reconocer que lo absoluto en materia de estética es imposible de alcanzar.
No obstante, la revisión sistemática que realiza y que constituye su método de trabajo, permite al lector conocer una compilación de las nociones relacionadas con la estética, de la que mucho se aprende.
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El texto concierne al estudio de seis ideas relacionadas con las teorías estéticas de Occidente y a las transformaciones conceptuales de las mismas, considerando las distintas significaciones que se hubieran adherido a cada término en el transcurso de su evolución histórica.
El autor expone una revisión sistemática que opone de principio los significados antiguos y contemporáneamente aceptados de cada término, para luego pasar al análisis de su evolución semántica.
Invariablemente, cada término conlleva a oposiciones de significación, a teorías particulares que exaltan algún rasgo en particular o a pretendidas teorías generales que desvirtúan o limitan su significado.
El concepto de arte -y de agrupación de las actividades artísticas- giró en torno a distintos rasgos que las caracterizaron, y fue hasta el siglo XVIII cuando Batteaux las identificó como aquellas que contienen belleza; se formula
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Además del significado expuesto, se elaboraron dos teorías más; una que restringe a la belleza a una concepción estética y otra que sólo la relaciona con lo percibido por la vista.
La belleza fue asociada a la proporción y a la perfecta relación de las partes respecto al todo; también se le atribuyeron significaciones metafísicas y se le equiparó a un estado de cosas.
En el siglo XVIII se presenta una rebelión contra los cánones establecidos y se le vincula más con el individuo creador que con las cosas bellas; la imaginación y la inspiración son nota fundamental de esta proposición.
Tatarkiewicz señala que el concepto de forma atrae cinco significaciones irreductibles:
1. Forma como la relación entre los elementos y el todo al que pertenecen.
2. Una noción restringida a la poesía, que identifica a la forma con la apariencia conexa al contenido y el sentido o significado.
3. Una noción mixta, que se compone de las dos primeras y cuyo ámbito de operación se aproxima más a las artes visuales.
4. La entelequia aristotélica, que asemejaba a la esencia de las cosas y el esplendor medieval.
5. Como a priori, universal y necesario, aunque dicho planteamiento lo retoma del pensamiento kantiano y es confusa la imputación de significaciones que el autor asume.
La creación durante la antigüedad sólo fue posibilidad restringida al ser o Dios; el concepto de creatividad por ende, es más reciente y se consolida hasta el siglo XIX, refiriéndose a la labor individual para generar productos distintos a los de la naturaleza. El término rebasó el campo del arte y contemporáneamente se aplica también a las ciencias
La mímesis, también llamada imitación, se le consideraba el camino hacia la verdad, hacia la reproducción de la naturaleza. Durante el siglo XVI permitió la agregación de ideas provenientes de la imaginación del artista.
Durante el siglo XIX se retornó por una parte al concepto antiguo, y por otra, a la oposición de crear sólo lo que no existía en la naturaleza y vivía en la imaginación.
En el siglo XX, el cubismo permitió una variación total, al revolucionar la dimensión del tiempo en la representación de un objeto en el espacio.
Experiencia estética; es la estética junto con la lógica y la ética, las divisiones que admite la filosofía a partir del siglo XVIII. Se atribuye a la forma empírica en cómo se percibe la belleza a través de los sentidos.
Durante los últimos siglos, diversas teorías han tratado de explicar la experiencia estética a través de términos como la concentración y el encantamiento; al igual que en las cinco ideas anteriores, sólo han sido teorías particulares que decayeron dada su pretendida universalidad.
El autor concluye con una revisión sintetizada de los significados atribuidos a las seis ideas y con el convencimiento de que ninguna teoría general puede abarcar todo el pensamiento a riesgo de se incompleta y, en contraste, ninguna particular debe pretender ser de aplicación universal.
Dos últimas consideraciones:
1ª) Dada su condición de manual de estética para consulta de estudiantes y estudiosos, hay que reprocharle una excesiva simplificación (y brevedad) en las referencias, por lo cual no llega nunca a dar una visión suficientemente significativa de los diferentes pensadores.
2ª) El libro es un fiel reflejo de la postura epistemológica de su autor, para el cual el conocimiento se divide en dos etapas: una primera consistente en clasificar los fenómenos en clases y de la cual las definiciones (los conceptos) son el resultado; y una segunda que tiene por objeto las teorías, es decir, aquello que se predica de las distintas clases. La debilidad principal de la postura epistemológica de Tatarkiewicz radica en el hecho de olvidar que toda clasificación presupone, necesariamente, una teoría previa, y, en consecuencia, que los mismos conceptos, lejos de ser únicamente los componentes de las teorías, son, además y a la vez – por paradójico que pueda parecer – el resultado de las mismas.
A mi juicio, el tratamiento del concepto Arte es uno de los mejores, tal vez por ser el orientador general de los demás; la exclusión-inclusión de la poesía como arte, es testimonio de la evolución del pensamiento, pues parece que una de las artes más sublimes, en la antigüedad no fuera consideraba como tal con el mérito consecuente al poeta, sino al Dios revelador.
Es un libro del que no sólo se aprende de contenido, sino de su metodología, de la gran claridad de exposición de sus ideas y de la posición humilde y honesta del autor.
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